Para las personas que se han amado


Para rezar a quien hemos querido

Diganos, ¡ oh Dios mío!, acoger favorablemente la oración que os dirijo por el espíritu de …. Hacedle entrever vuestras divinas luces, y que le sea fácil el camino de la felicidad eterna. Permitid que los buenos espíritus le lleven mis palabras  y mi pensamiento.

Tú que me eras querido en este mundo, oye mi voz que te llama para darte una prueba de mi afecto. Dios ha permitido que fueses el primero en verte libre; no podría quejarme de ello sin egoísmo, porque sería desear para ti las penas y sufrimientos de esta vida. Espero, pues, con resignación, el momento de nuestra reunión en ese mundo más feliz.

Yo sé que nuestra separación es momentánea, y que por larga que pudiera parecerme, su duración se borra delante de la eterna felicidad que Dios promete a sus elegidos. Que su bondad me persevere de hacer nada que pueda retardar ese instante deseado, y que me ahorre de este modo el dolor de no volverte a encontrar al salir de mi cautiverio terrestre.

¡ Oh, que dulce y consoladora es la certeza de que sólo hay entre nosotros un velo material que te oculta a mi vista; que puedes estar aquí a mi lado, verme y oírme como otras veces, y aun mejor que antes; que me olvidas, que yo tampoco te olvido, que nuestros pensamientos no cesan de confundirse, y que el tuyo me sigue y me sostiene siempre!

Que la paz del Señor sea contigo.

(Nuevo Devocionario Espiritista)

Deja un comentario